Tres ideas para ser comprendido: convertirse en intérprete, buscar a Rusty Ryan y bailar un tango.

En una semana dos líderes, y subrayo a propósito el concepto, me han expresado su cansancio. Cansancio que iba cogido de la mano de la decepción, de la tristeza y en algún caso, del enfado. El motivo: sentían que su entorno profesional no les seguía.

En ocasiones incluso los habían “acusado” de iluminados o gamberros. Aumentando así su sensación de incomprensión. Uno de ellos conectando con la imagen de predicar en el desierto reconoció: “ya sé que a los visionarios no siempre se les entiende…”

Este estado emocional conecta con el esfuerzo titánico de querer ser acompañados en su ímpetu y espíritu innovador. Así que surge la pregunta: ¿cómo ser comprendidos?

No siempre es fácil comunicar o transmitir esa idea, ese proyecto o esa decisión que a veces surge de un sueño (siempre difícil de concretar) o de una intuición. Ni gestionar la emoción del miedo que provoca el cambio y la incertidumbre en el entorno.

Desde mi humilde comprensión de este tipo de liderazgo impulsor, innovador y generador de negocio, les envío a través de este post tres ideas para poder ser comprendidos:

Convertirse en intérpretes

Encontrar el idioma que permita la comprensión de la visión. Hallar el lenguaje que permita conectar y las palabras que ayuden a alternar con las emociones. Sin olvidar incluir además del “qué” y el “para qué” el “cómo”. Y si no se habla este idioma…observar si alguien lo habla por nosotros.

Buscar a Rusty Ryan

Si bien este tipo de liderazgo es capaz de visualizar e impulsar una idea, es necesaria la figura de la gestión, la planificación e implementación. Acercarse a la realidad y a la operatividad. Encontrar al personaje interpretado por Brad Pitt en Ocean’s Eleven.

Bailar un tango

Este tipo de liderazgo define la dirección y no hay duda a donde quiere dirigirse, pero para no quedarse solo en el viaje o llegar al destino con un entorno confundido, debe acompasar el ritmo de su impulso a los que le acompañan. Leer el ritmo de la otra parte para llevarla con confianza, firmeza y perseverancia.

Tres propuestas a este tipo de liderazgo que no harán que la ambición de su visión sea menos exigente.