No nos confundamos. Y empecemos a poner luz conceptual y metodológica a estos dos términos.
Las situaciones en que se requiere aplicar una estrategia de coaching o de mentoring son bastante parecidas. La gran diferencia es que mientras la primera es más aconsejable para desarrollar competencias o capacidades ya existentes en la persona, el mentoring tiene como objetivo principal la captación, retención y el desarrollo del talento en una persona u organización.
En ambos enfoques la responsabilidad de desarrollo y aprendizaje es del cliente, pero podemos resumir de forma muy generalizada – teniendo en cuenta que existen diversas orientaciones y escuelas de coaching- las principales diferencias en quién, cuándo y para qué:
- Es aconsejable que el mentoring lo desempeñe alguien del mismo entorno u organización, mientras que el coach puede ser un profesional externo.
- El/la mentor/a se posiciona como referente (modelo u ejemplo a seguir) y el coach se posiciona de la forma más neutral posible, sin que ello signifique que la relación creada sea distante.
- Un proceso de mentoring se dirige a una sola persona, mientras que el coaching puede dirigirse a un individuo o a un equipo.
- En el mentoring se establece una relación personalizada dirigida por la persona mentorizada a través de la cual el/la mentor/a invierte su tiempo, comparte su conocimiento y dedica su esfuerzo para que la persona mentorizada disponga de nuevas perspectivas. En el coaching el coach se convierte en facilitador, cuestionador y compañero de viaje sin dirigir en ningún momento al coachee en sus decisiones.
- Normalmente en un proceso de mentoring el objetivo es desarrollar el talento de una persona. En un proceso de coaching el trabajo se orienta a un objetivo de mejora en concreto.
- El mentoring está especialmente indicado para personas con alto potencial o procesos de incorporaciones recientes. El coaching se dirige a todo el mundo.
- El período de tiempo es más largo en el mentoring que en el coaching.
En definitiva, tanto mentoring como coaching son dos intervenciones igual de eficaces. Eso sí, siempre que aprendamos a saber diferenciar cuándo las podemos utilizar.
[Foto: hotblack/morgueFile]