Durante la primera semana de julio se ha celebrado la XIa Escola d’Estiu de Serveis Socials, que ha reunido a 470 profesionales, bajo el lema de «Temps difícils, temps d’oportunitats«.
La conferència inaugural ha corrido a cargo de Victòria Camps, filósofa y catedràtica de ética de la Universitat Autònoma de Barcelona, que ha recordado que «todo el mundo puede hacer alguna cosa para que el futuro sea mejor» y, para ello, ha destacado la importancia de recuperar las cuatro virtudes clásicas: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
De todo lo tratado en la conferencia, tres ideas me han dejado huella:
- La importancia de escuchar a quienes hablen en “pretérito”: son valores surgidos tras la crisis, con una visión de futuro en un momento en el que parece que este presente incierto y desilusionador no lleguen a un punto final.
- El hecho de la responsabilidad: si bien no somos culpables de lo que han hecho otros, si somos responsables de construir nuestro futuro. Y, a mi parecer, esta sociedad maltratada ofrece muchas muestras.
- Finalmente, añadiría a las cuatro virtudes clásicas dos valores universales: responsabilidad y confianza. Valores que se encuentran afectados y a los que daremos, seguramente a partir de ahora, un nuevo sentido que dotará de significado a nuestra identidad y relaciones sociales y empresariales.
[Foto: La información]