Interesante charla sobre Voluntariado y Emprendimiento Social en Upsocial. El ponente, Luis Aranguren, Doctor en Filosofía y licenciado en Teología, asesor en diversas organizaciones y plataformas de voluntariado en España y América Latina, y formador, habló sobre el concepto de voluntariado, los peligros de su instrumentalización debido a la crisis y el contexto político-económico en el que vivimos, y hacia dónde debería ir.
Muy brevemente apuntaré algunos aspectos que se trataron.
La definición del término voluntariado y diferencias respecto a lo que pueden ser, por ejemplo, actos de buena vecindad. Aranguren aclaró que el voluntariado es el ejercicio libre, organizado, no remunerado, en actividades orientadas a bienes de la comunidad, y que se organizan en función de las necesidades y de las capacidades. Es importante el término «ejercicio libre» en cualquier ámbito: colegio, empresa… No todas las motivaciones iniciales que mueven al voluntario son iguales, pero todas son igual de válidas: será la acción la que tendrá el poder transformador. En palabras del ponente: ser voluntario es cargar la voluntad de acción y la acción de determinación transformadora.
Con la Ley de voluntariado del año 96, se percibe una excesiva institucionalización del voluntariado. El voluntariado queda condicionado a las necesidades y a las capacidades. Pero pocas veces el análisis de la realidad se hace pisando la calle, lo que deja la realidad diluida en los datos. Las capacidades del voluntariado se exploran mirando los campos de acción voluntaria, equiparando y reduciendo el voluntariado a la tarea.
Por último, Aranguren señala una situación del voluntariado actual muy fragilizado y disperso, y apunta la necesidad de realizar determinados cambios para que siga teniendo fuerza y futuro:
- Promover la indignación como un valor ético. El voluntariado no nace en la cabeza, sino desde algo que duele, cruje y mueve.
- Promover procesos formativos a fuego lento. Integrar acción y reflexión.
- Promover la dimensión de pedagogía política del voluntariado; no se puede quedar sólo en la acción paliativa.
- Promover organizaciones más participativas. En general el voluntariado aparece como dependiente y pasivo. El derecho a Participar no se suele promover en las entidades.
- Promover la importancia de la incidencia política del Tercer Sector y de la interdependencia entre los sectores. No se puede seguir dando la omnipotencia de los mercados.
A modo de conclusión, vale la pena señalar esta serie de ideas interesantes que invitan, cuanto menos, a la reflexión:
- Preferencia del voluntariado por vincularse a un proyecto o a una causa más que a una entidad.
- Cómo vincular justicia social y crecimiento personal en el voluntariado.
- Necesidad de pensar de manera mancomunada: la fuerza de las redes.
- Distinguir diferentes modelos de voluntariado.
- Cómo evitar la banalización del concepto, diferenciando voluntariado como nombre o como adjetivo.
Fina Gerez, integrante de la red de consultores de talentOrigami
[Foto: Vida Nueva]